Expertos de la Universidad Católica del Maule, quienes desarrollan investigaciones al respecto, repasan el daño y las consecuencias que provoca el simple acto de lanzar una colilla al suelo.
El investigador de la UCM, Ph.D. Rodrigo Morales Vera, junto a Javiera Herrera, estudiante de la Escuela de Ingeniería en Biotecnología de la Universidad Católica del Maule (UCM), estudian la degradación de distintas marcas comerciales de colillas de cigarro utilizando hongos y bacterias. Por lo anterior, Javiera acaba de ser finalista en un concurso de innovación en esta temática.
Por otro lado, el equipo busca disminuir el efecto de este residuo. “Estamos investigando alternativas de reutilización o reciclaje fomentado así la economía circular”, comentó al respecto Ph.D. Rodrigo Morales Vera.
En febrero del presente año se publicó en el Diario Oficial la “Ley chao colillas”, que prohíbe fumar en playas de mar, río o lago y arrojar las colillas en la vía pública, ordenamiento que fue celebrado por los expertos de la UCM.
“Chile es un país con un gran porcentaje de población fumadora, por esto es de gran importancia que exista una legislación sobre ello, con el fin de reducir este contaminante. Sin embargo, también es importante crear conciencia real del daño que producen las colillas en el ambiente, a través de programas de educación para disminuir la libre disposición de este tipo de residuos en lugares no autorizados. En la actualidad es normal ver a los fumadores eliminar sus colillas en el suelo de parques, plazas, calles, playas, ríos, sin conocer el verdadero efecto que está generando en su entorno”, afirmó el científico.
Sobre el impacto al medioambiente que provocan las colillas de cigarro, el Ph.D. Rodrigo Morales Vera, explicó que “Se estima que alrededor de cinco billones de cigarrillos son desechados al año, siendo el desecho humano más común en el mundo, por lo que el daño al ambiente es bastante severo. Las colillas liberan diversos compuestos tóxicos como arsénico, nicotina, hidrocarburos aromáticos policíclicos, alquitrán, metales pesados, entre otros, los cuales permanecen durante varios años en la zona afectando a las diversas especies de nuestro planeta, incluyendo al ser humano”, dijo.
Hasta 12 años en degradarse
Pero ¿qué tan grave es este tema? Para Javiera, es un tema no menor. “Este desecho puede encontrarse en todo el mundo, sin discriminación. Por lo tanto, varios ecosistemas a la vez se ven afectados. La mayoría de las colillas de cigarrillo, están hechas de fibras de celulosa de acetato un tipo de plástico, el cual pueden demorar hasta 12 años en degradarse, y considerando la cantidad de fumadores en el mundo, el problema solo se hace más grave”, advirtió la futura biotecnóloga.
Y es que el daño que puede generar una colilla es igualmente negativo en el mar, río o lago, tal y como lo detalló el investigador. “El daño definitivamente es bastante grande en estas zonas, ya que por la naturaleza soluble del agua los compuestos tóxicos de las colillas de cigarrillo comienzan a liberarse en menor tiempo, pudiendo permanecer 10 años en la zona. Existen estudios que han determinado toxicidad severa para diversos organismos de agua, cladoceran o pulgas de agua dulce y bacterias marinas. Sin embargo, las colillas no sólo contaminan las aguas, estas también son ingeridas por los distintos peces y organismos del lugar, y dependiendo de la cantidad se han determinado intoxicaciones severas a los peces”, dijo.
En ese sentido, el llamado a la comunidad es a crear conciencia al respecto. “Se llama a crear conciencia del daño que causa este desecho, que sepan que existen otras alternativas, como lo son los filtros biodegradables que, si bien siguen causando un impacto en ambiente, es menor al ser comparado con las colillas convencionales. Por otro lado, se hace un llamado a los fumadores a por lo menos descartar sus colillas de cigarro en basureros y lugares autorizados para ello”, manifestó Javiera.