Su mirada sobre la ciencia en Chile, los inicios y motivación de su carrera investigativa, entre otros temas, son los que abordamos en entrevista para revista Ecociencias con la Dra. María Teresa Muñoz Quezada, vicerrectora de Investigación y Postgrado de la Universidad Católica del Maule y una de las pocas expertas a nivel país respecto al estudio científico de la exposición a neurotóxicos y su relación con el desarrollo humano, específicamente a plaguicidas.
Desde las líneas de investigación que desarrolla, como son salud pública, exposición ambiental a pesticidas, funcionamiento neurocognitivo, discapacidad y calidad de vida, la doctora Muñoz ha logrado aportar a la discusión pública y política en temáticas de bioética y justicia ambiental en torno a la exposición a plaguicidas en escolares y trabajadores.
¿Cómo fueron los inicios de su carrera científica?
En la universidad, cuando comencé a estudiar Psicología, me interesaron las actividades de laboratorio y metodología de la investigación, principalmente asociadas a psicología del aprendizaje y neurofisiología, posteriormente fui ayudante por varios años de un académico que tenía proyectos de investigación nacionales e internacionales, además de ser la ayudante de las asignaturas de metodología de la investigación y Psicología Social del mismo docente. Después en el Magíster pude participar como tesista de un proyecto FONDECYT de mi profesor guía asociado a investigación en el área de la Psicología Cognitiva y ya comencé fuertemente con mi línea de investigación al comenzar mis estudios en el Doctorado en Salud Publica donde, mientras estudiaba, logré adjudicar un fondo NIH de Emory University y la Universidad de Chile y un FONIS para investigar en la temática de plaguicidas y efectos en la salud.
¿Qué diría usted que motiva su trabajo científico?
Principalmente colaborar en nuevos hallazgos y sugerir soluciones para genera cambios en la sociedad que mejoren la calidad de vida de las personas y el medio ambiente.
¿Qué cosas fueron relevantes al momento de optar por seguir la ciencia como carrera y durante su formación como científica?
Mi padre, que era profesor de Estado de Historia y Geografía, debo reconocer que fue la primera ayudantía que hice en mi vida al apoyarlo en la revisión de los trabajos de sus estudiantes. También influyó fuertemente el docente que mencioné anteriormente que era investigador con varios proyectos donde participé como ayudante tanto en la recolección de datos cuantitativos como cualitativos y además fui ayudante de las asignaturas que impartía y en el Doctorado mi tutora que es epidemióloga ambiental y me inspiró en seguir la línea que desarrollo actualmente.
¿Cómo logra compatibilizar la labor científica con la vida personal como mujer?
Es una pregunta interesante, de mi parte no vivo una diferencia en desarrollar la ciencia por ser mujer con respecto a mis pares hombres, pero sí reconozco que existen muchas brechas en este ámbito en nuestro país que debemos mejorar, brechas que observo desde mi cargo actual como vicerrectora de investigación de la UCM y que estamos conscientes de ellas y estamos trabajando para que cada vez las mujeres lideren en ciencia y tecnología.
¿Está presente la mirada medioambiental en su trabajo científico?
Sí, asociada principalmente a la exposición a neurotóxicos y su relación con el desarrollo humano, específicamente a plaguicidas. También, levantando la discusión sobre temáticas de bioética y justicia ambiental en torno a la exposición a plaguicidas en escolares.
¿Qué mirada tiene usted sobre el desarrollo de la ciencia en Chile?
Creo que como país hemos avanzado positivamente en el ámbito científico, cada vez contamos con capital humano avanzado que se ha formado tanto a nivel nacional como internacional para desarrollar ciencia de calidad, sin embargo, para responder a las problemáticas que presentamos como sociedad y a nivel medioambiental necesitamos más fondos y equipamiento que permita aplicar nuestros hallazgos y transferir el conocimiento en nuevas tecnologías o modelos que generen cambios y podamos hacer frente a las crisis ambientales y de salud que vivimos como país, faltan más recursos para estar a nivel de los países desarrollados, pero creo que vamos hacia allá, cada vez las autoridades y la ciudadanía son más conscientes del trabajo de la ciencia para avanzar como país, como se vio por ejemplo con la pandemia, y también en cómo estamos trabajando desde las universidades y centros de investigación para llegar a ser una sociedad más sostenible.
¿Cómo proyecta su trabajo científico?
No solo en seguir desarrollando proyectos de investigación y publicaciones, me interesa que los hallazgos tengan impacto en el territorio, se generen nuevas normativas que limiten la exposición a plaguicidas o neurotóxicos ambientales en el país, en lo posible entregar evidencias para que se aplique el principio precautorio en Chile frente a los riesgos medios ambientales. También, me interesa aportar en la formación de capital humano avanzado, principalmente en doctorados y a nuevas generaciones de científicos, y llegar a la comunidad con nuestros hallazgos y soluciones, espero ser un aporte en eso.
¿Cuál diría usted sería el mayor logro en su carrera científica?
Son varias cosas, haber obtenido mi doctorado, levantar la alerta con respecto a la exposición a plaguicidas en la región y buscar en conjunto con diversos actores soluciones y no quedarnos solo con los datos de investigación, aportar algunas ideas en la temática de principio precautorio y justicia ambiental en el caso de la exposición a plaguicidas en escolares.
¿Qué mensaje entrega a las nuevas generaciones para que se motiven a seguir una carrera científica?
Para el caso de los docentes, motivar a sus estudiantes por la carrera científica, ser mentores desde la etapa preescolar y básica para que en la enseñanza media ya proyecten con fuerza el quehacer científico y se gesten las nuevas ideas que requerimos como sociedad para crecer, con ética y sistematicidad, incentivar a los niños a la duda y a preguntar, además de orientarlos en la búsqueda de soluciones frente a sus interrogantes.
Para las nuevas generaciones de niños y adolescentes, no quedarse con las explicaciones que da internet o las redes sociales, buscar en diversas fuentes las respuestas a sus interrogantes, ser curiosos y no temer al ridículo frente a las preguntas, aprender de los errores, ser cuidadosos, siempre buscar un mentor y guía para desarrollar sus primeros experimentos o investigaciones, antes de concluir pedir a un tercero que lea sus hallazgos y reflexionen en conjunto sobre los resultados, y buscar siempre capacitarse para seguir aprendiendo, hacer ciencia requiere de un aprendizaje constante y reconocer que lo que algún momento puede entenderse como una verdad puede ser refutable, por lo tanto, es una fuente inagotable de conocimientos y nos ha permitido como humanidad seguir comprendiendo nuestra naturaleza y la del mundo.