La Era del Plástico

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Por Victoria Gómez

Doctora en Ciencias Ambientale Geológicas y Polares

Es cada vez más frecuente que los medios de comunicación resalten la problemática del plástico en nuestros océanos, tanto así, que ya se han tomando algunas medidas a nivel gubernamental, como la ley “chao bolsas plásticas”, o las medidas contra los plásticos de un solo uso y la ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), medidas que nos sirven para tomar real conciencia sobre los usos de estos materiales, que no solo son un problema en sí mismos, al tener una vida media tan larga que alcanzan a superar los cientos de años para su degradación, sino también, porque son un peligro inminente para la fauna marina, provocando la muerte de algunos animales al atraparse entre residuos plásticos, como también por otro lado, debido a la ingesta de estos elementos muriendo por inanición. Son especialmente los microplásticos, que son plásticos de tamaño inferior a 5 mm, los que son tragados por la fauna, afectando la bioacumulación en las cadenas tróficas. Estos efectos han sido muy bien documentados por científicos en todo el mundo. 

Otro problema que poco a poco se ha ido evidenciando, es la carga química que contienen estos materiales, tanto sustancias incorporadas en la fabricación de los plásticos como plastificantes, o sustancias que le aportan características específicas a los plásticos, como los retardantes de llama, o sustancias que al estar en el medio ambiente, ya sea en el aire, suelo, sedimentos o agua pueden adherirse a los plásticos por sus características fisicoquímicas. Este es un tema de gran preocupación, ya que en nuestro país, diversos estudios han evidenciado la alta carga química de residuos plásticos encontrados en playas chilenas, lo que hace urgente el tomar medidas sobre el manejo real de estos residuos, tanto por parte de los propios consumidores, como a nivel industrial y gubernamental, porque ya no nos sirve solo desechar estos materiales en un vertedero o reciclar o reutilizarlos, sino que verdaderamente debemos reducir su consumo, porque estos no solo afectan a la fauna, sino que también nos afecta a nosotros mismos, los seres humanos. Aunque aún hay mucho que investigar, por ejemplo sobre los posibles efectos en la salud humana de estos contaminantes, tenemos que atacar el problema ahora, aunque a veces las cifras y datos parezcan indicar que es un poco tarde.

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