Los sonidos que emiten las crías de aves no sólo indican hambre, sino también su estado de salud

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Crías de estornino negro pidiendo alimento/Daniel Parejo

Un reciente experimento realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado una sorprendente dimensión en la comunicación de las crías de aves: los sonidos que emiten no sólo indican hambre, sino también su estado de salud. En un estudio pionero, los científicos del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y la Estación Biológica de Doñana (EBD) observaron que los pollos de estornino negro (Sturnus unicolor) ajustan su llamado de petición de alimento según su condición física, dando pistas sobre su bienestar a los padres.

“En un escenario competitivo, los pollos se esfuerzan en demostrar que son más valiosos que sus hermanos, es decir, están más sanos, para atraer los recursos limitados que aportan los progenitores. Sin embargo, los miembros de una misma familia también comparten genes y un destino común, por lo que también deberían cooperar”, explica Tomás Redondo, investigador de la Estación Biológica de Doñana.

El equipo científico se propuso averiguar si, además del hambre, el estado de salud de los pollos podría influir en sus señales de demanda de alimento. Para ello, diseñaron un experimento innovador donde se inoculó a algunos pollos con lipopolisacáridos, un antígeno que provoca una respuesta inmune sin causar daño, mientras que a otros se les inyectó un placebo. De esta forma, los progenitores no podrían detectar de manera directa la condición de salud de sus crías, y las diferencias en el comportamiento de los pollos se atribuirían a la respuesta inmunológica inducida.

Durante el experimento, el equipo observó cómo las crías inoculadas con el antígeno, aunque tenían el mismo grado de hambre que el grupo de control, emitían sonidos más débiles y con una mayor entropía, además de adoptar posturas menos estiradas al pedir alimento. Esto contrasta con los pollos del grupo placebo, que mostraban señales más intensas y posturas expansivas.

¿Por qué un polluelo enfermo pide alimento con menos intensidad? Daniel Parejo, investigador del IREC, sugiere que “la explicación más plausible podría ser que la enfermedad les debilita y les hace incapaces de pedir con tanta intensidad, como cuando nosotros nos sentimos sin ganas de hacer nada al tener fiebre”. También es posible que estas señales más débiles y dispersas busquen informar a los progenitores sobre la vulnerabilidad de la cría, en lugar de un pedido directo de alimento.

Parejo plantea además que las señales emitidas podrían ser interpretadas como una advertencia tanto para los padres como para los hermanos. “Con sus señales, los pollos podrían indicar que están enfermos, ya sea para prevenir a sus progenitores y hermanos de un posible contagio o para hacerles saber que, temporalmente, necesitan calor en vez de alimento”, explica el investigador.

El estudio plantea la necesidad de nuevos experimentos para comprender mejor cómo los mecanismos fisiológicos de las crías afectan tanto sus demandas alimentarias como su comportamiento en situaciones de salud comprometida. Este descubrimiento abre la puerta a estudios más detallados sobre cómo las señales de comunicación en las aves evolucionan no solo para optimizar el reparto de alimento, sino también para gestionar los recursos familiares en función del estado de salud de las crías.

La investigación de IREC y EBD representa un avance en la comprensión de las señales comunicativas en el reino animal, revelando que estas no solo cumplen una función de competencia por el alimento, sino también de cooperación y cuidado mutuo en el seno familiar.

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