La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, junto al gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego y las alcaldesas de Peñalolén, Carolina Leitao; y San Miguel, Erika Martínez, anunció el ingreso del proyecto de ley que promueve el reciclaje de residuos orgánicos en los hogares y comercio, esto a través de un “camión del reciclaje de residuos vegetales” o la entrega de composteras a la ciudadanía.
Según detalló la ministra, aproximadamente el 58% de los residuos sólidos municipales corresponde a residuos orgánicos, provenientes de nuestras casas, ferias libres, parques y jardines. Y si bien un 13% de las municipalidades del país desarrolla algún tipo de acción para reciclar orgánicos, la valorización de residuos orgánicos en Chile es inferior al 1% del total de toneladas generadas cada año.
La autoridad explicó que al desechar los residuos orgánicos perdemos los nutrientes contenidos en ellos, a la vez que generamos múltiples impactos ambientales: la proliferación de vectores sanitarios (moscas, aves, ratones), la generación de lixiviados, olores molestos y gases de efecto invernadero (GEI), principalmente metano.
Detalles del proyecto de ley
El proyecto de ley que prohíbe paulatinamente la disposición final de residuos orgánicos y promueve su valorización tiene por objeto desviar de los rellenos sanitarios la fracción orgánica de los residuos sólidos municipales.
Esto permitirá:
- Extender la vida útil de la infraestructura de disposición final existente, disminuyendo así de forma importante los crecientes costos de construcción y los conflictos socioambientales gatillados por comunidades que se oponen al desarrollo de nuevos rellenos sanitarios.
- Incentivar comportamientos ambientalmente racionales por parte de generadores y sobregeneradores de residuos.
- Disminuir el actual problema de desfinanciamiento municipal asociado a la gestión de residuos.
- Contribuir sustantivamente en la reducción de gases de efecto invernadero asociados al problema del cambio climático.
En específico, el proyecto propone las siguientes medidas:
- Instaurar obligaciones de planificación en la gestión de residuos para Gobiernos Regionales y municipios.
- Obligación de separación de residuos orgánicos en origen (en las viviendas, comercio y otros puntos de generación de residuos de similar composición).
- Obligación de los municipios de ofrecer paulatinamente alternativas de manejo diferenciado de estos residuos, sea a través de un esquema de recolección puerta a puerta de residuos orgánicos por parte de municipalidades –a través de un “camión del reciclaje de residuos orgánicos”- o mediante otros mecanismos de valorización de residuos orgánicos en escala domiciliaria, barrial o comunitaria (composteras o vermicomposteras).
- Prohibición de disponer residuos orgánicos que hayan sido manejados diferenciadamente en rellenos sanitarios. Se deberá buscar alternativas de aprovechamiento de estos residuos. A través de, por ejemplo, el compostaje, la biodigestión u otras técnicas de valorización.
Gradualidad
El proyecto propone una implementación progresiva, en un período de 15 años, comenzando escalonadamente y en plazos diferenciados con su aplicación en comunas que enfrentan realidades disímiles.
Por otra parte, para facilitar el proceso de puesta en marcha de la nueva política, se propone comenzar su implementación con aquellos residuos orgánicos que resultan más simple tratar de forma separada y avanzar paulatinamente hasta los que se encuentran asociados a una mayor complejidad operacional
