En un avance para la conservación de la vida marina, científicos de diversas instituciones y centros ANID han publicado un artículo que detalla el uso de herramientas moleculares para mejorar el monitoreo de cetáceos varados en las costas de Chile.
La investigación, titulada “Genetic Analysis as a Tool to Improve the Monitoring of Stranded Cetaceans in Chile”, fue publicada en la revista Biology y llevada a cabo por un equipo multidisciplinario liderado por investigadores del Laboratorio de Ecología Molecular de la Universidad de Chile y del Instituto Milenio Biodiversidad de Ecosistemas Antárticos y Subantárticos (BASE), junto con científicos del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), del Centro Eutropia, de la Escuela de Medicina Veterinaria de Universidad Mayor y del Centro de Ciências do Mar (CCMAR) de Portugal.
Los cetáceos, incluyendo ballenas y delfines, se encuentran entre las especies más amenazadas del océano, siendo el levantamiento de información que permita identificar y comprender estas amenazas, crucial para su monitoreo y establecimiento de estrategias de conservación.
El enfoque tradicional para el estudio de los varamientos implica principalmente exámenes externos y observaciones visuales de los animales varados. Sin embargo, esta metodología no siempre proporciona información suficiente para determinar la especie y el sexo de estos, puesto que mucho depende del estado de descomposición y/o integridad de los individuos. Sin embargo, esta información es indispensable para entender las causas subyacentes y tomar medidas efectivas para prevenir futuros varamientos. Aquí es donde entra en juego el análisis genético.
“En relación a la identificación de especie, el desafío radica en poder identificar características morfológicas en cuerpos que muchas veces están bastante descompuestos. Esto hace que la identificación de especies en el campo tenga un potencial grado de error”, señala el doctor Carlos Olavarría, especialista en mamíferos marinos de CEAZA.
A escala nacional
En cuanto al procedimiento, Olavarría relata que “las muestras que se usaron fueron colectadas por funcionarios de Sernapesca a lo largo de todo el país, quienes son los responsables de acudir a varamientos de cetáceos y registrar la mayor cantidad de información, entre ellos colectar muestras biológicas”.
Se recopilaron muestras de piel de cetáceos varados en diferentes ubicaciones de la costa chilena. Luego, aplicaron técnicas de secuenciación genética de vanguardia para analizar el ADN de los animales. Si bien, la información que complementa directamente los datos de cada varamiento son la identificación de especie y sexo del individuo, también se puede desprender información crucial sobre la estructura genética de las poblaciones de cetáceos, su diversidad genética y las relaciones entre las diferentes poblaciones para estudios posteriores.
Avances en conservación
En cuanto a los hallazgos, el doctor Olavarría indica que “17 especies fueron identificadas en este estudio, de las cuales seis, presentan algún grado de preocupación en relación al estado de conservación, destacando la ballena franca austral que se considera En Peligro Crítico”.
La aplicación de herramientas moleculares tiene el potencial de proporcionar información vital para las autoridades encargadas de la conservación marina en Chile. Información básica como la especie, sexo y estructura etaria de los individuos varados es crucial puesto que permite evaluar si hay amenazas que estén afectando a alguna especie en particular o bien a algún sexo específicamente, lo cual tiene implicancia directa en la conservación de la especie. Lo anterior también ayuda a comprender mejor las causas de los varamientos y planificar estrategias de conservación que consideren medidas más efectivas en determinadas especies, particularmente aquellas en peligro.
Los científicos involucrados en esta investigación subrayan que es clave continuar y expandir el uso del análisis genético en el monitoreo de cetáceos varados. “Esperamos que este estudio muestre la importancia de colectar sistemáticamente información biológica de los cetáceos varados, y que se establezca como procedimiento ante cualquier evento”, concluye Carlos Olavarría.
Fuente: BASE