El Niño aumentaría la presencia de microorganismos tóxicos en el mar

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Cuatro especies de dinoflagelados epífitos y dos de dinoflagelados planctónicos se encontraron en tres sitios de la isla de Barú, los cuales estarían relacionados con la mortandad de peces y aves, e incluso con intoxicaciones humanas

UN/DICYT Se trata de Prorocentrum lima –el dinoflagelado con mayor presencia en la isla–, Prorocentrum hoffmannianum, Ostreopsis sp. y Gambierdiscus sp., que contienen especies relacionadas con eventos tóxicos como la ciguatera y el envenenamiento diarreico por mariscos.

Pez en un arrecife coralino

Anderson Ruiz, magíster en Ciencias – Microbiología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), comenta que los resultados encontrados en Barú –a media hora de Cartagena– sugieren que el fenómeno de El Niño incidiría en las poblaciones de dinoflagelados, aumentando su abundancia en comparación con los periodos neutros, sobre todo de especies del género Prorocentrum.

La ciguatera es una forma común de intoxicación alimentaria por ingesta de peces que se alimentan o habitan en los arrecifes coralinos y es endémica de los trópicos y subtrópicos debido al consumo de peces ciguatos.

“La muerte de peces y aves ni la intoxicación de personas se reconocen todavía como un problema grave, y no existen regulaciones, programas de monitoreo ni estudios extensos sobre los organismos que los causan”, afirma el investigador.

La incidencia de ciguatera en el Pacífico Sur ha aumentado en un 60 % en los últimos treinta años y podría aumentar aún más debido a los cambios en los patrones climáticos globales, la degradación del medio marino costero y la sobreexplotación de los recursos marinos.

“El aumento de la ciguatera es preocupante, ya que más de 116 millones de personas viven en la costa Caribe y más de 25 millones de turistas visitan la región cada año. Los ingresos del turismo ascienden a 25.000 millones de pesos por año para la región”, comenta el investigador.

Para determinar la composición y abundancia de dinoflagelados asociados con praderas de pastos marinos y macroalgas en Barú, entre abril y septiembre de 2015 se recolectaron muestras en tres lugares de la isla.

Las microalgas obtenidas a partir de cada una de las muestras se identificaron mediante microscopia óptica y microscopia electrónica de barrido.

El magíster considera que la identificación de señales climáticas y oceanográficas podría servir como una alerta temprana de proliferación, y además sería útil para simulaciones predictivas de desarrollo de dinoflagelados.

El Niño genera cambios ambientales como el aumento del nivel del mar, cambios en los patrones de circulación, vientos más débiles y disminución en la producción primaria.

“Estos brotes sugieren que las tendencias al calentamiento generadas por el cambio climático global, junto con la acumulación de residuos orgánicos, pueden estimular el crecimiento de estas especies y ampliar o cambiar su rango”, indica el magíster.

Sin embargo aclara que El Niño no es el único factor que contribuye al aumento de las temperaturas del mar, sino que probablemente el calentamiento global también ha contribuido a las variaciones en la temperatura de la superficie del mar.

Agrega que buscando ampliar el análisis de los efectos climáticos sobre la abundancia de dinoflagelados, se evaluaron datos inéditos recolectados entre 2007 y 2009 por el grupo de Modelación de Ecosistemas Costeros.

“Los datos recolectados en San Andrés Isla mostraron una mayor cantidad de especies en comparación con Barú, entre las que se destacan especies pertenecientes géneros toxicogénicos Cochlodinium, Alexandrium y Dinophysis”, comenta el investigador.

Concluye diciendo que es importante que a partir de estos hallazgos se implementen planes de gestión del riesgo que permitan disminuir las consecuencias generadas por intoxicación debida a microalgas en zonas costeras del Caribe colombiano.

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