Descubren un extraordinario ecosistema en las cordilleras submarinas frente a Chile y Perú

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Un buzo inspecciona uno de los sistemas de cámaras del Laboratorio de Tecnología de Exploración utilizado para comprender la biodiversidad en profundidad durante una expedición de Pristine Seas frente a la costa de las Islas Desventuradas, 2013. Foto cortesía de National Geographic Pristine Seas & National Geographic Exploration Technology Lab.
La región es una de las principales prioridades de conservación a nivel mundial debido a que muchas de las especies que habitan allí no existen en ningún otro lugar del mundo. Si bien una pequeña parte de las cordilleras se encuentra resguardada por reservas y parques marinos de Chile y Perú, el 73 % está desprotegida en aguas internacionales.

Un equipo de científicos exploró las cordilleras submarinas Salas y Gómez y Nasca, ubicadas en el océano pacífico frente a Chile y Perú. Lo que descubrió fue un ecosistema de aguas profundas único donde habitan especies sumamente frágiles que no existen en ningún otro lugar del planeta.

La expedición es una de las pocas que se han realizado en aguas profundas de estas cadenas montañosas que se extienden bajo el mar a lo largo de 2900 km. Estos montes submarinos, a pesar de que han sido identificados por científicos como una de las áreas ecológicamente más importantes a nivel mundial, aún siguen siendo, en gran parte, un misterio para la ciencia.

¿La razón? Se trata de un zona remota, ubicada a casi 3500 kilómetros del continente sudamericano. Por lo tanto, “llegar allí no es tarea fácil”, contó a Mongabay Latam Daniel Wagner, asesor técnico de ciencias oceánicas de Conservación Internacional y coautor del estudio. Además, “estudiar los ecosistemas profundos requiere de grandes embarcaciones de investigación oceanográfica con tecnologías modernas, lo que implica elevados costos operativos”, explica Wagner.

Los buzos inspeccionan uno de los sistemas de cámaras del Laboratorio de Tecnología de Exploración utilizado para comprender la biodiversidad en profundidad durante una expedición de Pristine Seas frente a la costa de las Islas Desventuradas, 2013. Foto cortesía de National Geographic Pristine Seas & National Geographic Exploration Technology Lab.
Los buzos inspeccionan uno de los sistemas de cámaras del Laboratorio de Tecnología de Exploración utilizado para comprender la biodiversidad en profundidad durante una expedición de Pristine Seas frente a la costa de las Islas Desventuradas, 2013. Foto cortesía de National Geographic Pristine Seas & National Geographic Exploration Technology Lab.

Para superar esta dificultad, lo que hicieron los científicos fue asociarse y es por eso que este estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista científica PlosOne, se realizó como parte de Coral Reefs on the High Seas Coalition, una alianza global de socios que tiene como objetivo promover la ciencia, la comunicación y el apoyo necesarios para conservar los arrecifes de coral en alta mar.

En conjunto, el equipo de científicos de la National Geographic Society, la organización Conservación Internacional, la Universidad Católica del Norte (Chile), la Universidad de Hawái y la Universidad de Texas Rio Grande Valley identificó más de 120 especies a lo largo del lecho marino14 de las cuales son particularmente frágiles a los impactos humanos y se consideran indicadoras de ecosistemas marinos vulnerables.

“Las cordilleras de Salas y Gómez y Nasca son uno de los puntos críticos de biodiversidad más singulares de la Tierra y apenas hemos comenzado a explorarlo”, dijo Alan Friedlander, autor principal del estudio y científico jefe de National Geographic Pristine Seas, por lo que “esta región necesita ser protegida utilizando las mejores medidas de conservación disponibles si esperamos preservar su extraordinariamente singular biodiversidad”, agregó.

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