UCHILE/DICYT Entre 30 y 40 centímetros de largo, cuello alargado y un caparazón ornamentado con diversas formas poligonales. Estas son algunas de las características que habría tenido el primer género extinto de tortuga de agua dulce registrada oficialmente en territorio chileno. Así lo determinó una investigación liderada por Jhonatan Alarcón, investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, que identificó restos fósiles hallados en Magallanes como pertenecientes a tortugas del género Yaminuechelis.
El hallazgo fue realizado luego de sucesivas expediciones llevadas a cabo en el marco del proyecto Anillo “Registro Fósil y Evolución de Vertebrados” -entre los años 2015 y 2019- en el valle del río Las Chinas, en la Región de Magallanes. La tortuga habría habitado esta zona, ubicada al noroeste de las Torres del Paine, entre 78 y 75 millones de años atrás, aproximadamente. El descubrimiento a estas latitudes, afirma el investigador, representa uno de los registros más australes de este tipo de reptiles en el mundo y el más completo encontrado en nuestro país a la fecha.
La investigación, publicada en la revista científica Journal of South American Earth Sciences, permitió identificar a esta tortuga a partir a partir del análisis de múltiples piezas del caparazón y huesos de extremidades, como fémures y húmeros. Estos restos fueron comparados con otros similares pertenecientes principalmente a tortugas dulceacuícolas que vivieron en lo que hoy es la Patagonia Argentina durante el Cretácico y el Paleoceno, trabajo que permitió concluir que las tortugas del género Yaminuechelys tuvieron una distribución más amplia de lo que se pensaba hasta el momento. La tortuga encontrada en Magallanes estaría cercanamente emparentada a variedades que hoy viven entre el sur de Brasil y el Norte de Argentina, como la Hydromedusa tectifera.
Bosques, dinosaurios y más
La tortuga habría habitado un ecosistema de gran biodiversidad, con abundante flora y fauna, asegura Jhonatan Alarcón, quien junto a otros investigadores han descubierto el amplio registro paleontológico existente en este sector durante años. La información proveniente de los abundantes otros fósiles hallados en este lugar e información sedimentológica ha permitido a los investigadores reconstruir el paisaje de esta zona ubicada en el sur de nuestro país antes de la gran extinción que marca el fin del período Cretácico y el inicio del Paleoceno.
“La información geológica indica que vivió en un sistema de agua dulce, probablemente algún tipo de sistema fluvial. Estas tortugas convivían con varios otros animales, muchos de ellos aún de identidad desconocida. Varios de los fósiles de tortugas los encontramos casi pegados a huesos de saurópodos de gran tamaño, restos de otros tipos de dinosaurios, como los ornitisquios, reptiles, anfibios y también mamíferos. Por otra parte, en estratos cercanos se ha hallado registro de Nothofagus, que son árboles característicos de la Patagonia Chilena y Argentina, además de otros tipos de plantas”, detalla el científico.
A futuro, comenta Jhonatan Alarcón, esperan dilucidar si este tipo de tortuga corresponde a una especie nueva. “En nuestro trabajo referimos a un género de tortugas, pero no sabemos si es una especie distinta de las descritas en Argentina. En un próximo paso queremos recolectar más material, ojalá más completo, con el que podamos determinar si se trata de una especie nueva. Si es así, nos entregaría información muy valiosa sobre la evolución y diversidad de este grupo, y nos ayudaría a entender mejor la historia de este género de tortugas y del lugar donde las encontramos”, señala.
Las campañas que han permitido éste y otros descubrimientos de la era de los dinosaurios fueron apoyadas por el Instituto Antártico Chileno (INACH), bajo el liderazgo del Dr. Marcelo Leppe, y por el Proyecto Anillo ACT 172099, dirigido por el académico de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile, Dr. Alexander Vargas.