ALMA Un equipo científico internacional descubrió estructuras en forma de anillo y de espiral en discos planetarios muy jóvenes, lo cual es un indicio de que los planetas pueden empezar a formarse mucho más temprano de lo que se creía. Los resultados de la investigación se presentaron hoy en la 243ª reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense (AAS, en sus siglas en inglés).
A partir de datos recabados con el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), el equipo obtuvo imágenes de discos planetarios Clase 0 y Clase I, que son mucho más jóvenes que los discos Clase II observados en estudios anteriores. Los discos Clase II tienen anillos y surcos que delatan la presencia de planetas en plena formación. “Las primeras observaciones de discos protoplanetarios jóvenes con ALMA revelaron hermosos anillos y surcos donde posiblemente se estén formando planetas”, comenta Cheng-Han Hsieh, doctorando de la Universidad Yale. “Yo me preguntaba cuándo habían empezado a aparecer estos anillos y surcos en los discos”, agrega.
El nuevo estudio demuestra que las estructuras empiezan a formarse cuando los discos tienen cerca de 300.000 años de edad, es decir, extremadamente rápido. Los discos jóvenes pueden tener varios anillos y estructuras en espiral o bien terminar formando un anillo con una cavidad central. Estas observaciones ponen en tela de juicio lo que sabemos sobre la formación de los planetas, principalmente de grandes planetas similares a Júpiter. “Es difícil que se formen planetas gigantes en tan solo un millón de años según el modelo de acreción consagrado”, explica Cheng-Han Hsieh. Mediante nuevos estudios se podrá determinar con precisión cuándo aparece la subestructura del disco y qué relación guarda con la formación planetaria temprana.