El Proyecto de Resolución impulsado por la diputada (PS) Daniella Cicardini junto a Fundación Vegetarianos Hoy, en el marco de la campaña #MenúPorElPlaneta, fue aprobado con 122 votos en sala.
Aprobado por la Cámara de Diputadas y Diputados con 122 votos a favor, y solo 3 abstenciones, el Proyecto de Resolución solicita al Presidente de la República que instruya al Ministro de Educación para generar acciones que permitan educar a la población en materia de cambio climático, políticas alimentarias y bienestar animal, incorporando estas temáticas en el currículo escolar.
El cambio climático es un fenómeno evidente en Chile. Según el art. 4.8 de la CMNUCC, se considera a nuestro país como altamente vulnerable frente a los efectos del cambio climático ya que cuenta con áreas de borde costero de baja altura, áreas áridas, semiáridas y de bosques, susceptibilidad a desastres naturales, áreas propensas a sequía y desertificación, zonas urbanas con problemas de contaminación atmosférica y ecosistemas montañosos como las cordilleras de la Costa y de los Andes.
En esta misma línea, según un informe realizado por nuestra fundación, numerosos estudios han revelado la relación entre la industria ganadera y el cambio climático, siendo este sector el que contribuye significativamente al total de emisiones humanas de GEI. Además, el sector ganadero consume anualmente 6,000 millones de toneladas de alimentos entre forrajes, granos, piensos y otros materiales, incluyendo un tercio de la producción mundial de cereales.
Al respecto la diputada Daniella Cicardini señaló que “nos parece positiva la aprobación de este proyecto conjunto con Fundación Vegetarianos Hoy. Ahora esperamos y llamamos a que sea acogido por el Gobierno, porque después del informe IPCC dado a conocer por la ONU, hoy más que nunca es una urgencia enfatizar fuertemente y crear conciencia de la realidad y gravedad del cambio climático; y lo lógico es insistir en acciones concretas hoy, pero también en la formación y educación de las nuevas generaciones de estudiantes, que son un gran motor de cambio social sobre este tema.”
Si bien desde 2019 la temática de Cambio climático y Sustentabilidad pasó a formar parte de la malla curricular de los estudiantes de enseñanza media de nuestro país, se considera que es importante profundizar y dar también un enfoque en relación con la alimentación. “El surgimiento de la pandemia del Covid19 puso en tela de juicio los sistemas de producción animal. Es por esto por lo que el Proyecto busca que sean parte de la malla curricular escolar temáticas sobre la industria agrícola y los efectos sobre los seres humanos, además de sus efectos sobre el medio ambiente, la salud de los consumidores y el bienestar de los animales”, comenta Camila Ahumada, Coordinadora de Incidencia de la fundación.
Según el estudio de Water Foot Print ‘Huella hídrica de productos agrícolas y animales: una comparación’, entrega cifras bastante alarmantes considerando la emergencia por la escasez hídrica, donde informa que para producir tan solo un kilo de carne de vaca es necesario gastar más de 15.000 litros de agua. Casi 9.000 litros de agua para producir un kg. de carne de cerdo y más de 4.000 para producir un kg de carne de pollo, datos. La huella hídrica de la carne de vacuno es seis veces mayor que la de las legumbres. De hecho, si los países industrializados apostaran por una dieta basada en vegetales, el gasto de agua para la alimentación humana podría reducirse hasta un 36%.
“Existe una relación directa entre la alimentación con carnes rojas, que tiene efectos muy dañinos en la salud y genera una alta demanda de producción de carne, lo que a su vez tiene un impacto inmenso en el consumo de agua, la degradación de los suelos y la liberación de CO₂. Es decir, es un lamentable círculo vicioso sistémico, que debemos combatir de manera multisectorial, con educación y fomentando formas de alimentación saludable como la basada en vegetales“, subrayó la parlamentaria.
Bajo esa premisa, el texto de la iniciativa de acuerdo señala que “resulta fundamental educar a la población y generar modificaciones curriculares que fomenten la educación en el área del cambio climático, políticas alimentarias y bienestar animal desde que somos pequeños, con lo cual se contribuye a generar personas y comunidades más conscientes, responsables y comprometidas con su entorno”.